En las últimas semanas, el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC) ha llegado a convertirse en el foco de la atención.

Numerosos actores han llamado la atención sobre la operación y la gestión, pero en este caso se ha apelado a la inclusión de ciertos actores que han quedado por fuera.

Tal es el caso de Asociación Nacional de Comerciantes de Vehículos (Ancove), la cual ha planteado: “Habría que haber cogido fabricantes, vendedores o distribuidores de vehículos nuevos y usados, para poder hacer una transición ecológica”.

Respecto a estos últimos, Eric iglesias, Director General de la patronal con base en Barcelona, nota que incluyéndolos se reduciría la antigüedad del parque automotriz actual, si no que también se daría respuestas a aquellos que están atravesando un momento económico complejo.

Según analiza, la edad media de un coche en España ronda los 13 años, el 10% de inflación que se ve actualmente y los altos costes de adquisición de los segmentos electrificados funcionan como una gran barrera.

Esto dificulta la reducción de emisiones y directamente el paso a una movilidad más sostenible.

“Brindando un apoyo a la venta de automóviles de 2 o 3 años de antigüedad, ya estaríamos dando un gran paso hacia este objetivo, mientras que fortalecemos las redes de recarga para los eléctricos”, sugiere en este sentido.

Por ello, cree que es rentable generar un plan de incentivos que no sea exclusivo solo para un tipo de propulsión, tal como lo es el Plan Moves.

La idea de apostar por una variedad más amplia en las ayudas es lo que el ejecutivo considera más conveniente en estos momentos.