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miércoles 14 de julio de 2021
Ahora lo dice IEA: El petróleo va en aumento y los vehículos a la baja
La Agencia Internacional de la Energía presentó su reporte sobre el mercado del petróleo donde asegura que los altos costos del crudo acelerarían la transición, pero a costa de la recuperación económica.
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Se espera que la demanda mundial de petróleo aumente en 5,4 mb/d (millones de barriles al día) en 2021 y en 3,0 mb/d en 2022, aunque la escalada de casos de Covid-19 en varios países sigue siendo un riesgo clave para la previsión.

Por ejemplo, los datos de movilidad muestran que los viajes en Estados Unidos en las últimas semanas han superado con creces los niveles anteriores a la crisis donde los precios de la gasolina al por menor superaron los 3 dólares/galón por primera vez en casi siete años.

En ese marco es que el informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus sigas en inglés) afirma: “Aunque los precios a estos niveles podrían aumentar el ritmo de electrificación del sector del transporte y contribuir a acelerar la transición energética, también podrían suponer un lastre para la recuperación económica, especialmente en los países emergentes y en desarrollo”.

“Es probable que los mercados del petróleo sigan siendo volátiles hasta que se aclare la política de producción de la OPEP. Y la volatilidad no ayuda a garantizar una transición energética ordenada y segura, ni redunda en beneficio de los productores ni de los consumidores”, sostiene.

Este dato se complementa con lo desprendido del informe Net Zero by 2050: a Roadmap for the Global Energy Sector el cual asevera que los compromisos climáticos asumidos por los gobiernos hasta la fecha -incluso si se cumplieran en su totalidad- estarían muy por debajo de lo necesario para conseguir que las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía sean nulas en 2050.

En esa línea se establecieron más de 400 hitos para guiar la transición. Entre ellos, la determina la necesidad de no invertir en nuevos proyectos de suministro de combustibles fósiles ni para nuevas centrales de carbón sin reducir.

Además de poner como fecha límite al 2035 para la comercialización de los vehículos de pasajeros a combustión interna y el 2040 para que el sector eléctrico alcance las cero emisiones netas.

Por otro lado y como complemento el hidrógeno y los combustibles a base de hidrógeno tendrán que llenar los vacíos en los que la electricidad no puede sustituir fácil o económicamente a los combustibles fósiles y en los que los limitados suministros de bioenergía sostenible no pueden hacer frente a la demanda.

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